
Y han vuelto a poner en la radio
esa maldita canción,
la que tanto te gustaba,
la que te hacía llorar con una sonrisa;
la que te hacía correr a abrazarme y besarme
y decirme que me amabas.
Esa maldita canción
a la que te daba por decirle “la nuestra”.
Y no he tenido las fuerzas para apagar el maldito aparato.
Me he quedado como el condenado imbécil que soy,
recordándonos bailando y cantando la jodida canción,
mientras nos hacíamos promesas que no serían.
¡Qué bonito es saber besarse sonriendo!
Y ¿es que no tienen otras canciones que poner?
Que se vayan a joder a alguien más…
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