Cuando tenga que responder
en mi juicio final
y me pregunten por ti,
les diré sin ninguna sombra
de arrepentimiento
que te quise sin reservas,
aunque sabía que eras de otro.
Que nos deseamos
con una pasión que hasta entonces
no habías vivido en tu vida.
Que tuvimos sexo muchas veces
y en unas pocas,
hicimos el amor.
Y que yo sé,
que jamás volviste a sentir
con la intensidad que sentiste
conmigo.
Pero tendré que explicar
que mientras tú me besabas
con deseo y ansiedad,
yo te besaba
buscando la eternidad.
Parece ser que íbamos detrás
De cosas tan distintas. Verás,
tú buscabas un ferviente admirador,
y yo quería una compañera en el amor.
Hoy los dos lloramos
lágrimas de soledad.
Leave a Reply