Hay besos que llegan
en el momento perfecto
de los labios de la mujer
adecuada,
y entonces,
cambian el rumbo de una vida.
Hay abrazos otorgados
en el día más necesitado
por los brazos más anhelados,
y que pueden forjar destinos.
La persona que desestima
el poder de un beso perfecto
es porque jamás ha tenido la fortuna
de recibir uno.
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