Que si la amaba,
me preguntaba
y yo me desvivía
por explicarle de cuantas maneras
la amaba…
Pero que si en serio,
en serio,
la amaba,
me reiteraba
y yo de nuevo
me deshacía en versos
y prosas
para hacerla sentirse amada…
Al final pudieron
mas sus inseguridades
que mis garantías,
y se fue…
Y ahora seguro
está preguntándole a otro
que si de verdad, de verdad,
la ama…
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