Recuerdo tu cuerpo
brillando con nuestro sudor
y tu rostro concentrado,
las cejas arrugadas
y los labios gimiendo mi nombre.
Te recuerdo a punto de correrte
conmigo detrás de ti
en ese pequeño baño
del hotel junto a la playa.
Y recuerdo como te sostenías
apoyándote en el lavabo
y mirándonos en el espejo
mientras yo, desde atrás,
te iba haciendo mía.
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