Si esa puerta no se está abriendo para ti,
quizás es porque no es la tuya.
Quizás tu puerta está más adelante
y seguro que es más grande, más bonita
y lleva a un jardín más hermoso.
Pero mientras sigas terco, tocando donde no es,
no llegarás a lo que te está destinado.
Si ya diste todo; si diste de más,
hasta casi perderte a ti mismo,
y recibiste casi nada…
Si quisiste con todas tus fuerzas
y hasta un poquito más allá,
y no supieron amarte igual…
No te sientas mal, ni te arrepientas,
que algo habrás aprendido…
Deja atrás esa puerta.
Agradece lo vivido con toda tu alma
y sigue adelante por el pasillo.
Hay para ti, una puerta más grande, más bonita
y que lleva a un jardín más lindo,
solo para ti.
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