Aunque te hayas ido,
nuestro amor
es para siempre.
Los besos que nos dimos,
las promesas que nos hicimos,
los abrazos que en la noche se perdían,
y los sueños que juntos construimos…
Todas esas cosas quedaron
grabadas en mi corazón y en el tuyo,
y también, en el vasto lienzo del universo,
escritas con el tinte eterno de nuestra pasión.
No se fueron a ningún lado,
y cuando elevas la vista a las estrellas,
nuestra historia sigue allí, inscrita
en el firmamento, eterna y bendita.
Tú te fuiste,
pero el sueño
de un “nosotros”,
unidos y amándonos,
permanece cincelado
en la pared de piedra
de la eternidad.
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