• No pudieron conmigo

    Estuve hundido
    en el fango más oscuro
    del destino.

    Solo,
    tuve que recorrer
    las antesalas más terribles
    del infierno.

    Cuántos
    hubieran querido verme
    derrotado y vencido.

    Felices
    habrían festejado
    mi martirio.

    Para su desgracia
    tengo el alma fuerte
    y el corazón valiente.

    Si mil veces rompieron
    mi voluntad,
    un millón de veces se recuperó
    para regresar peleando.

    No hay infierno que me detenga
    ni castigo que me doblegue.

    Contra toda la voluntad de mis enemigos,
    camino con la frente en alto
    sin perder de vista mi objetivo
    y adelante
    sigo mi camino.

  • Ámame hoy

    Ámame ahora,
    que necesito tu cariño.

    Ámame ahora,
    que estoy débil,
    y no paso
    por mi mejor momento.

    Quiéreme
    justo ahora
    que necesito ser querido.

    Que no siempre la vida es fácil
    y en los momentos en que quizás
    me sientas más lejano
    es tal vez cuando más requiera tu ternura.

    No dejes de quererme hoy,
    que mi alma está frágil
    y mi sonrisa
    está ausente.

  • Cuídala como a un tesoro

    Si después de haberla amado,
    ella se acurruca en tu pecho,
    sudorosa y sonriente,
    satisfecha y parlanchina…

    Si su mano todavía te acaricia
    y su boca sigue recorriendo
    cariñosamente tu piel,
    mientras te va platicando
    cualquier cosa…

    Si refugiada en tu pecho
    te canta en voz baja
    y no sale corriendo al baño
    o a vestirse o a revisar su teléfono…

    Si alza la mirada para encontrarse con la tuya
    y puedes ver sus ojos radiantes de felicidad
    y su frente aún perlada de sudor
    y te habla con palabras tiernas y llenas de amor,
    después de haber hecho el amor,
    y no tiene prisa por correr a otro lado…

    ¡Atesórala por siempre!

    Esa mujer es una joya
    que no se encuentra a menudo.

  • Aquí no…

    Me hubiera gustado decirte
    que te iba a esperar…

    Pero se me fue dando la vida…

    En el momento justo en que terminamos
    aparecieron nuevos retos,
    nuevos problemas,
    y sí, también nuevas personas.

    Te guardé luto un tiempo,
    pero casi inmediatamente
    me di cuenta
    de que ni valía la pena,
    ni tenía caso.

    Seguramente tú ya estarías con otro,
    y a mi no se me dan los martirios sentimentales.

    Si quieres volver, búscame,
    acaso haya todavía un espacio para ti.

    Si quieres un eterno enamorado
    que sufra por siempre por tu amor
    o por tu falta de amor,
    mi amor, tendrás que buscarlo en otro corazón,
    que no en el mio.

  • Recuerda…

    Si acaso algún día
    por una oscura broma del destino
    llegaras a olvidarme…

    Con un beso te haré recordar
    lo que somos
    lo que fuimos y
    lo que hemos sido.

    Si alguna vez nos olvidas,
    te harán recordar
    mis caricias
    de dónde venimos
    donde estamos
    y a dónde vamos
    juntos…

    Te amo.

  • ¡Libres!

    El amor nos hace libres,
    pero la necesidad
    fabrica esclavos.

    Si elijo estar hoy contigo,
    no es porque te necesito para completar mi vida,
    sino porque eres una gran compañía.

    Compañía en una vida que ya está completa,
    y que sin ti, podría llegar a su meta,
    pero que se ve infinitamente más agraciada
    bajo tu dulce mirada.

    Estamos juntos porque queremos
    y porque nos queremos;
    no porque nos necesitamos,
    o porque no podemos vivir el uno sin el otro.

    Elegimos vivir juntos, pero libres
    independientes, pero indivisibles.

    Seamos compañeros de vida y de deseo,
    no de cadenas y de prisiones.

  • Necesito perdonarte

    Te perdono
    todo aquello que no fuimos y
    todo lo que jamás hicimos.

    Te perdono
    las fantasías
    que nunca hicimos realidad.

    Te perdono las promesas incumplidas,
    los encuentros frustrados y
    las tardes mal vividas.

    Te perdono los besos que faltaron,
    las caricias tibias
    y las noches separados.

    No te perdono porque he olvidado
    ni porque lo que pasó haya estado bien.

    Te perdono
    para dejar atrás
    el pasado y el dolor
    para que no me rompan el alma;
    para dejar de ir por el mundo
    contagiado de miserias;
    para no arruinar más
    mi gozo por la vida.

    Te perdono
    para dejar de sabotear mi presente,
    para abrirme las puertas al futuro.

  • No te vayas…

    ¿Ya te vas?
    ¿Por qué no te quedas un poquito más?
    ¿Por qué no te quedas por toda esta vida?

    Te ofrezco noches de pasión loca,
    mañanas de encuentros apresurados
    y tardes de fines de semana,
    de deseos perezosos, pero firmes.

    ¿Por qué no te quedas
    solo por esta vida,
    y vamos viendo como nos va saliendo?

    Prometo regalarte años de sonrisas
    y décadas de alegrías.

    ¿Por qué no te quedas un poquito más?
    ¿Esta vida entera, por ejemplo,
    para amarnos para siempre,
    como si no hubiera más vidas?

  • Los labios que escondías entre tus piernas

    Me gustaba besar tus labios
    y recorrerlos lentamente con mi lengua.

    Sumergirme dentro de ellos
    cuando menos lo esperabas.

    Morderte, a veces, muy suavemente
    y mezclar mi saliva con tus jugos.

    Me gustaba jugar con la perlita sensible
    que vivía justo arriba,
    acariciarla muy despacio, al principio,
    con mi lengua
    e ir aumentando en intensidad y ritmo,
    como te encantaba.

    Me gustaba verte saltar de placer
    y apretar mi cabeza contra tus piernas
    y arrancarte finalmente
    un orgasmo húmedo que se escurría
    entre mis labios
    y bajaba por mi garganta.

    Y después de beberte toda,
    me gustaba subir
    a besarte la boca.

  • Compañeros

    Nos hicimos compañeros de vida
    para recorrer el viaje juntos;
    para cargar juntos nuestras penas
    y para multiplicar nuestros gozos.

    Nos hicimos compañeros de vida,
    sí, porque el sexo que tenemos es delicioso,
    pero eso es lo de menos;
    lo importante era poder transitar juntos
    los pasajes oscuros del camino
    con alguien en quien confiar plenamente,
    con alguien que sabes que no te dejará solo.

    Nos hicimos compañeros de vida,
    porque contigo puedo ser “yo” plenamente,
    sin usar máscaras y sin temer juicios;
    y tú también puedes ser “tú” con plena confianza,
    sabiendo que no hay nada de ti que yo no acepte.

    Nos hicimos compañeros de vida
    para tener un testigo
    de nuestro paso por este mundo;
    de nuestros logros y nuestros gozos,
    y para tener un compañero
    en nuestras batallas y nuestras derrotas.

    Nos hicimos compañeros de vida,
    porque después de tantos años,
    te sigues riendo de mis chistes,
    y yo aún te consuelo cuando lloras
    y porque cuando caminamos tomados de la mano
    después de tanto tiempo,
    todavía me siento
    el hombre más afortunado del mundo.

  • Tu chingado universo y las locas razones que lo rigen

    Siempre decías
    que las cosas pasaban por algo.

    Buscabas encontrarle razones
    (siempre positivas)
    a todo lo que nos pasaba.

    Pero no me supiste explicar
    porqué pasó lo nuestro
    y porqué se terminó luego.

    Si nos iba a doler tanto la ruptura
    ¿qué secreta ecuación
    dentro de tu famoso universo,
    (que todo lo sabe
    y todo lo prevé),
    decidió que nuestro dolor
    era necesario?

    Te voy a dar tiempo
    para que inventes
    el pretexto
    de nuestro tormento.

    Mientras lo haces,
    yo estaré solo,
    buscando nuevos caminos
    que no involucren sufrimiento.

  • No

    Tus ojos… en la luna,
    Tu sonrisa… en las estrellas,
    Tus besos… en el deseo de cada día,
    Tus piernas… en las medias que se quedaron en el cajón,
    Tus senos y tu cadera… en los huecos de mi cama…

    El inoportuno fantasma de tu recuerdo me atormenta
    en todos los objetos y en todos los pensamientos de mi triste vida.

    Aún así, no esperes una llamada mía.